Descripción del programa:
El juego ha sido históricamente reconocido como una dimensión central del desarrollo infantil. No solo constituye un espacio de exploración, aprendizaje y vínculo, sino que también representa una forma genuina de expresión y comunicación. Sin embargo, cuando hablamos de infancias autistas, aún persisten miradas que tienden a patologizar las formas diversas de jugar, interpretar el juego atípico como un síntoma que debe corregirse o intervenir desde modelos centrados en la normalización conductual.
Frente a este escenario este curso surge como respuesta a la necesidad de actualizar las prácticas profesionales desde una perspectiva neuroafirmativa, que reconozca el valor del juego como derecho, expresión y medio de vínculo. Formar profesionales capaces de leer, valorar e intervenir en el juego desde los intereses, ritmos y particularidades de cada niño o niña autista es clave para construir entornos verdaderamente inclusivos y respetuosos.
Desde esta mirada, se propone cuestionar modelos tradicionales que priorizan la normalización, para avanzar hacia prácticas más éticas, empáticas y sintonizadas con los principios de la neurodiversidad. El curso busca así contribuir a una transformación profunda en la forma de acompañar las infancias autistas, promoviendo intervenciones que honren su singularidad y potencien su desarrollo integral.