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Entendiendo los tipos de estrés: identificación y gestión

En la actualidad, en un mundo caracterizado por constantes cambios en todos los ámbitos de la vida, es crucial reconocer los signos del estrés para mantener el bienestar en la vida cotidiana. En este sentido, es esencial comprender que existen diferentes formas de estrés, cada una manifestándose de manera única en cuanto a su intensidad y las complicaciones que puede provocar.

Te invitamos a leer este artículo e informarte sobre los aspectos relacionados con el estrés.

Entendiendo los tipos de estrés: identificación y gestión

El estrés es una respuesta natural del organismo de un individuo ante situaciones que se perciben como desafiantes. En este sentido, el estrés en algunas ocasiones puede servir como motivación y adaptación, sin embargo, cuando pasa a niveles excesivos o crónicos puede tener consecuencias negativas en la salud mental y física de una persona.

Es primordial reconocer que el estrés no sucede de una manera genérica, sino que existen diferentes intensidades y tipos, como es el estrés agudo, estrés agudo episódico y estrés crónico. Conocerlos es importante para lograr identificarlos y abordarlos de manera efectiva, promoviendo el bienestar y calidad de vida de un individuo.

¿Qué es el estrés?

De acuerdo a la American Psychological Association (APA) el estrés corresponde a la respuesta fisiológica o psicológica a estímulos de estrés internos o externos. El estrés implica cambios que afectan casi todos los sistemas del cuerpo, influenciando cómo se sienten y comportan las personas. Puede manifestarse mediante palpitaciones, sudoración, boca seca, dificultad para respirar, inquietud, habla acelerada, aumento de emociones negativas (si ya se están experimentando), y una mayor duración de la fatiga por estrés.

Frente a ello, la ONG Stress Management Society explica: “Cuando está estresado, el cuerpo piensa que está bajo ataque y cambia al modo de lucha o huida, liberando una mezcla compleja de hormonas y productos químicos como la adrenalina, el cortisol y la norepinefrina para preparar al cuerpo para la acción física. Esto causa una serie de reacciones, desde el desvío de la sangre a los músculos hasta el cierre de funciones corporales innecesarias como la digestión”.

El problema surge cuando el estrés se mantiene durante largos periodos y dificulta la capacidad de pensar y desenvolverse de una persona, perjudicando así, las actividades cotidianas y diarias.

Causas del estrés

Todo tipo de escenarios pueden producir estrés, ya que cada persona vive una realidad y lo maneja de diferentes formas. No obstante, dentro de las causas más comunes encontramos:

  • Preocupaciones económicas.
  • Desempleo.
  • Divorcio.
  • Cambios y exigencias en el empleo.
  • Mudanza.
  • Pérdida de un ser querido.
  • Relaciones con otros.

Cabe destacar, que en múltiples ocasiones el estrés es causado por una acumulación de cosas pequeñas.

Los tipos de estrés: una mirada detallada

Hoy en día, reconocemos tres tipos de estrés, cada uno con sus propios síntomas y características.

Estrés agudo

Es la manera más común de estrés y se caracteriza por ser de corta duración y manejable. El estrés agudo surge de presiones y demandas puntuales del pasado reciente y desde anticipaciones del futuro próximo.

Este tipo de estrés en pequeñas dosis, puede resultar emocionante, sin embargo, cuando se vuelve demasiado intenso puede ser agotador.

Algunos de sus síntomas son: dolores de cabeza tensionales, malestar estomacal, ligera ansiedad, dolores musculares, sobreexcitación, etc.

Estrés agudo episódico

Se presenta en individuos que experimentan estrés agudo con frecuencia. Estas personas se encuentran en estado de prisa y asumen una gran cantidad de responsabilidades y demandas.

Quienes experimentan reacciones de estrés agudo se sienten agitados, irascibles, ansiosos y tensos, lo que puede afectar su salud, y su vida personal y laboral. Además, se caracterizan por ser personas bastante pesimistas, que siempre esperan que les suceda lo peor.

Dentro del tratamiento que se realiza, los profesionales aseguran que este tipo de personas son bastante resistentes al cambio, por lo que es esencial que acudan a una atención adecuada de salud.

Algunos de sus síntomas son: migrañas, dolores tensionales, presión en el pecho, hipertensión, enfermedad cardiaca.

Estrés crónico

Finalmente, el estrés crónico es agotador y desgasta a las personas diariamente. Este tipo de estrés tiene un efecto devastador en la mente, el cuerpo y la vida en general, causando daños a largo plazo.

Se manifiesta comúnmente en situaciones como matrimonios infelices, empleos o carreras detestadas, familias disfuncionales, pobreza, entre otros. Además, en algunas ocasiones surgen desde hechos traumáticos que se han vivido durante la infancia.

El estrés crónico se ve reflejado cuando una persona no ve la salida a sus problemas y se encuentra atrapada en una situación desafiante. En ocasiones, induce la idea de suicidio, trastornos mentales y enfermedades sistémicas. Lo peor de este tipo de estrés, es que muchos se olvidan de que lo padecen, lo que puede ser aún más riesgoso para el individuo.

Efectos del estrés en la salud

Como mencionamos anteriormente, el estrés puede afectar tanto la mente como el cuerpo humano. En cantidades pequeñas o leves, puede llegar a ser beneficioso, no obstante, cuando es excesivo puede tener consecuencias negativas y causar:

  • Depresión.
  • Ansiedad.
  • Problemas de la piel.
  • Presión arterial alta.
  • Insuficiencia cardiaca.
  • Diabetes.
  • Obesidad.
  • Problemas menstruales.

Frente a esto, es muy relevante informar que existen diversas técnicas y estrategias que ayudan a afrontar este tipo de estrés. Para ello, es clave que quienes mantengan algunos de los síntomas mencionados, puedan acudir a un profesional de la salud mental que los pueda orientar y generar un tratamiento adecuado a las necesidades personales.

Estrategias de manejo para cada tipo de estrés

Actualmente hay múltiples estrategias de manejo para los tres tipos de estrés, cada una con diferentes tiempos y herramientas. A continuación te explicaremos cada una de ellas.

Manejo del estrés agudo

En primera instancia, el estrés agudo se puede manejar de manera más amigable. A través de ejercicio físico, ejercicios de respiración, ejercicios de relajación como Mindfulness o Yoga, implementar hábitos saludables, cambios en la mentalidad, mejora del sueño, entre otros.

Si no se soluciona, o el individuo no puede manejarlo, es importante acudir a un profesional como un psicólogo que lo pueda orientar.

Estrategias para el estrés agudo episódico

Una buena terapia psicológica y medicación psiquiátrica, en algunos casos, son opciones efectivas para tratar el estrés agudo episódico.

En el caso de la psicoterapia, esta proporciona un espacio seguro de apoyo emocional en donde el profesional de la salud puede enseñarle al paciente diversas técnicas y habilidades para enfrentar el estrés diario que conlleva. Dentro de los enfoques terapéuticos más comunes se encuentra la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) y el psicoanálisis.

Mientras que la medicación puede ser una opción cuando las dificultades del cuadro clínico afectan altamente la vida cotidiana. Sin embargo, es importante que quienes estén siendo tratados con medicamentos sean supervisados por sus médicos, ya que cada persona puede tener distintas necesidades y efectos ante estos químicos.

Abordaje del estrés crónico

Es fundamental que el tratamiento y atención sea personalizada de acuerdo a las necesidades individuales. En muchos casos, los medicamentos y cambios de dietas pueden entregar beneficios casi inmediatos.

Se recomienda ejercicio diario, alimentación saludable, técnicas de gestión de tiempo, establecer metas realistas, mejorar calidad de sueño, dedicar tiempo a actividades recreativas, etc.

Asimismo, el asistir a terapias psicológicas y en algunas ocasiones, consumir ciertos medicamentos es esencial para tratar estos casos.

Prevención y Reducción del Estrés

El tratamiento del estrés es de suma relevancia a la hora de mejorar la calidad de vida de las personas. A pesar de ello, la prevención se vuelve central para no llegar a instancias más severas que obstaculicen la vida diaria.

En primer lugar, reconocer y gestionar adecuadamente el estrés es fundamental para salvaguardar la salud y bienestar. En algunas situaciones detenerse, analizar el problema desde diversas perspectivas y considerar alternativas puede ser beneficioso para no provocar un estrés mayor.

En esta misma línea, confiar en las capacidades y habilidades de cada uno va a ayudar a abordar los contratiempos con menos estrés. Las demandas percibidas en una situación estresante son subjetivas y dependen de cómo cada individuo valore las posibilidades y soluciones disponibles, así como su impacto en sus intereses personales. Por lo tanto, la intensidad del estrés variará según la percepción de cada persona.

Para ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una guía llamada: “En tiempos de estrés, haz lo que importa”, la cual explica y recomienda ciertas prácticas para combatir el estrés, dentro de las cuales se destaca:

  • Seguir una rutina diaria.
  • Dormir mucho.
  • Mantenerse en contacto con los demás.
  • Llevar una dieta saludable.
  • Hacer ejercicio con regularidad.
  • No pasar demasiado tiempo con las noticias.

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Cuándo buscar ayuda profesional

Buscar ayuda para el manejo del estrés es esencial cuando ya se escapa de las manos. Si el individuo siente que está teniendo dificultades para lidiar con el estrés por su cuenta debe buscar apoyo profesional, en algunos casos se pude iniciar conversando con el médico de cabecera quien puede recomendar algún terapeuta o doctor que pueda ayudar de manera efectiva.

Algunas señales que pueden indicar que se necesita ayuda profesional incluyen:

  • Dificultad en la vida diaria.
  • Síntomas persistentes.
  • Sentimientos abrumadores.
  • Dificultad para manejar el estrés.

En conclusión, el estrés es una reacción natural frente a ciertas situaciones desafiantes, sin embargo, cuando se vuelve crónico puede afectar gravemente la salud de una persona. Reconocer y gestionar los diferentes tipos de estrés es esencial para mantener el bienestar y calidad de vida. Es fundamental buscar ayuda en profesionales si es que el estrés interfiere con la vida diaria de un individuo.

Referencias

  • American Psychological Association. Dictionary of Psychology. “Stress”. https://dictionary.apa.org/stress
  • American Psychological Association. Los distintos tipos de estrés. https://www.apa.org/topics/stress/tipos
  • Blue Net Hospitals. Estrés crónico: causas y tratamiento. https://bluenethospitals.com/blog/psicologia/estres_cronico
  • Bupa Salud. Estrés. https://www.bupasalud.com/salud/estres
  • Cuidate Plus. Estrés. https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/psicologicas/estres.html#prevencion
  • Medline Plus. El estrés y la salud. https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003211.htm
  • Organización Mundial de la Salud. Estrés. https://www.who.int/es/news-room/questions-and-answers/item/stress
  • Psicología Online. Qué es el estrés agudo episódico y cómo tratarlo. https://www.psicologia-online.com/que-es-el-estres-agudo-episodico-y-como-tratarlo-6558.html#anchor_4
  • Stress Management Society. ¿Qué es el estrés? https://www.stress.org.uk/what-is-stress/

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