Dra (c). Ana Morandé
Doctora (c) en Investigación en Adicciones, Magíster en Psicoanálisis, Psicóloga clínica. Experiencia Clínica y Docente en Adicciones en Chile y Reino Unido.
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Existen dos grandes tipos de adicciones: el trastorno por consumo de sustancias y las conductas adictivas. Aunque cada persona vive la adicción de forma única, su comportamiento suele estar influenciado por su historia personal, su entorno familiar y factores sociales que actúan en conjunto.

Los tipos de adicciones se clasifican, de forma general, en aquellas relacionadas con el consumo de sustancias y las que involucran conductas compulsivas. Ambas tienen un origen multifactorial que incluye componentes biológicos, psicológicos, sociales, culturales y familiares. El desarrollo de una adicción implica la pérdida de control sobre la necesidad de consumir una sustancia o repetir una conducta, a pesar de los daños que esta provoca. Esta incapacidad de abstenerse afecta directamente la calidad de vida de la persona y suele extender sus consecuencias al entorno cercano.
Comprender los tipos de adicción, sus causas y las terapias disponibles es fundamental para prevenir, diagnosticar y tratar este fenómeno, que sigue siendo uno de los grandes desafíos en salud mental a nivel global.
En este artículo, hecho en colaboración con la Dra (c). Ana Morandé, psicóloga y docente especialista en el abordaje clínico de las adicciones, vamos a abordar los tipos de adicciones, sus causas y las principales estrategias terapéuticas disponibles.
La adicción se caracteriza por la pérdida de control frente al deseo de consumir una sustancia o realizar una conducta, a pesar de las consecuencias negativas que esto pueda generar. Este comportamiento afecta gravemente la calidad de vida de quien la padece y su entorno cercano. Se trata de un fenómeno complejo, donde factores individuales y contextuales se entrelazan, haciendo que cada caso requiera una atención especializada.
La comunidad científica clasifica las adicciones en dos grandes grupos: aquellas relacionadas con el consumo de sustancias y las que involucran conductas compulsivas. Aunque comparten características como la pérdida de control y la interferencia en la vida cotidiana, cada tipo presenta particularidades en su origen, manifestación y tratamiento. A continuación, revisamos cómo se definen y cuáles son los ejemplos más reconocidos dentro de cada categoría.
Este tipo de adicción incluye el uso problemático de sustancias como el alcohol, la cocaína, las anfetaminas, las benzodiacepinas y los opiáceos. Estas sustancias pueden generar una dependencia física, psicológica o ambas, afectando la salud integral de la persona. Se trata de un fenómeno multidimensional, ya que múltiples factores —biológicos, psicológicos y sociales— influyen en su desarrollo.
Históricamente, los trastornos por consumo de sustancias han sido malinterpretados: pasaron de considerarse una debilidad moral o un rasgo de personalidad, a ser reconocidos como un trastorno médico crónico y tratable, con cambios cerebrales específicos que explicarían el uso compulsivo. No obstante, esta visión ha sido cuestionada por no considerar adecuadamente el impacto del entorno.
En México, según la Encuesta Nacional de Prevención de Adicciones 2021, el 53,4% de la población entre 12 y 65 años reportó haber consumido alcohol en el último año, y el uso de marihuana continúa en aumento, especialmente en adolescentes. Estos datos reflejan una tendencia preocupante en el consumo de sustancias a nivel nacional.
Las conductas adictivas son comportamientos repetitivos que una persona realiza compulsivamente, a pesar del daño físico o psíquico que esto le genera. Aunque pueden parecer menos visibles que las adicciones a sustancias, sus efectos pueden ser igualmente perjudiciales.
Actualmente, este término se aplica a ciertas conductas como:
Sin embargo, en términos clínicos, el único trastorno reconocido oficialmente en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-5-TR (2022), es el trastorno por juego (anteriormente llamado juego patológico). Si bien se estudian otras conductas compulsivas como posibles adicciones, la evidencia científica aún no es concluyente para incluirlas formalmente en la clasificación diagnóstica del manual publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría.
El desarrollo de una adicción no responde a una causa única, sino a la interacción de múltiples factores. A continuación, se describen los principales.
Algunos factores sociales que pueden influir en el desarrollo de una adicción incluyen:
Estos factores rara vez actúan solos; más bien, se potencian entre sí, sobre todo en etapas de vulnerabilidad como la adolescencia.
Algunas personas podrían tener una predisposición genética a desarrollar una adicción. Esto se relaciona con variaciones en los receptores cerebrales que, al ser estimulados por sustancias psicoactivas, generan respuestas más intensas o placenteras. Esta vulnerabilidad, sin embargo, no es determinante por sí sola, ya que el entorno y la historia personal también juegan un rol central.
Las adicciones pueden tener un impacto profundo tanto en la salud de la persona como en su entorno cercano. Estas consecuencias no solo afectan el bienestar físico y psicológico, sino también las relaciones personales, la estabilidad económica y la seguridad social.
Las personas con adicción a sustancias suelen presentar uno o más problemas de salud derivados del consumo. Entre las consecuencias más frecuentes se encuentran:
El impacto de la adicción no se limita a quien consume. Las personas cercanas también se ven afectadas a nivel emocional, económico y social. Algunas de las consecuencias más comunes incluyen:
De acuerdo con el National Institute on Drug Abuse (NIH), la adicción es un trastorno crónico, tratable, pero que requiere de una intervención continua y adaptativa. No existe un único enfoque válido para todas las personas. La eficacia del tratamiento depende de su capacidad para atender tanto el consumo como los factores sociales, emocionales y médicos involucrados.
Las terapias conductuales ayudan a modificar pensamientos y conductas relacionadas al consumo. Entre las más utilizadas se encuentran:
Existen medicamentos efectivos para algunas adicciones, como los opioides, alcohol o nicotina:
| Sustancia | Medicamentos principales |
| Opioides | Metadona, Buprenorfina, Naltrexona de liberación prolongada |
| Alcohol | Disulfiram, Naltrexona, Acamprosato |
| Nicotina | Terapias de reemplazo (parches, chicles), Bupropión, Vareniclina |
Estos tratamientos se complementan con apoyo psicológico y seguimiento continuo.
El tratamiento exitoso abarca más que la abstinencia. Incluye el abordaje de la salud física, mental, el entorno social y legal de la persona. La recaída no se considera un fracaso, sino una señal de que el tratamiento debe ser ajustado.

Doctora (c) en Investigación en Adicciones, Magíster en Psicoanálisis, Psicóloga clínica. Experiencia Clínica y Docente en Adicciones en Chile y Reino Unido.












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