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Disociación: ¿qué es y cómo abordarla?

La disociación es un mecanismo que tiene la mente para enfrentar situaciones traumáticas o altamente estresantes. Conoce qué es y cómo abordarla en este artículo de Adipa.

Disociación: ¿qué es y cómo abordarla?

La disociación es un fenómeno que implica una desconexión entre la mente de una persona y la realidad del momento presente. Esa realidad puede ser externa a la mente, con respecto al mundo que nos rodea; o interna, y entonces la persona se desconecta de su propia actividad mental.

En este artículo, exploraremos qué es la disociación, sus manifestaciones y cómo abordarla, junto a la docente de Adipa y profesional del área Mg. Ps. Mariel Labra.

¿Qué es disociar?

La disociación es un mecanismo que tiene la mente para enfrentar situaciones traumáticas o altamente estresantes. Por lo tanto, se asocia altamente con el aspecto post traumático.

Etimológicamente, el término “disociar” significa separar o disgregar, lo cual nos brinda una comprensión fundamental de su característica central. Esto se refleja en personas que experimentan una separación o ruptura en sus esquemas mentales debido a una experiencia inesperada, traumática o altamente estresante. Surgen pensamientos intrusivos espontáneos y una incapacidad para acceder a información relevante o para controlar ciertas funciones mentales.

En términos Piagetianos, podemos decir que esta experiencia traumática persistente o altamente estresante genera un desequilibrio en la estructura mental previa de la persona.

Esta experiencia supera las estrategias de afrontamiento existentes, alterando su construcción de identidad y produciendo los síntomas característicos de este grupo de trastornos.

¿De qué se trata el trastorno disociativo?

Los trastornos disociativos implican una serie de síntomas o características psíquicas relacionadas con el estrés que no tienen una causa orgánica. Estos trastornos generan una alteración en la integración psíquica normal, manifestándose en dificultades de memoria, emocionales, percepción del entorno y de conciencia de la propia identidad.

Son trastornos psiquiátricos que pueden presentar síntomas similares a los relacionados con el trauma y el estrés, como el trastorno por estrés postraumático (TEPT), e incluso pueden presentar comorbilidades.

Para considerarse un trastorno, los síntomas disociativos deben causar malestar significativo o deterioro en el funcionamiento de la persona. Esto implica cumplir con criterios de temporalidad y severidad de los síntomas.

Además, es crucial diferenciar entre un trastorno disociativo y comportamientos normativos en la población infantil, como por ejemplo, la presencia de amigos imaginarios o juegos con contenido mágico o fantasioso.

En casos de adultos y/o adolescentes es fundamental descartar que estos síntomas no sean causados por el consumo y efecto de alguna sustancia o por una enfermedad médica.

¿Cómo se aborda un trastorno disociativo?

El abordaje y tratamiento específico varía de acuerdo a la etapa evolutiva del paciente y del tipo de trastorno disociativo. En este sentido, en el grupo de estos trastornos, según el Manual Diagnóstico DSM-5, se incluyen: la amnesia disociativa, el trastorno de identidad disociativa y el trastorno de despersonalización y/o desrealización.

No obstante, el común y general abordaje se desarrolla en conjunto de psicoterapia y en algunos casos, el empleo de fármacos para tratar comorbilidades frecuentes como la ansiedad o la depresión.

Trastornos disociativos según el DSM-5

Como dijimos anteriormente, existen diversos tipos de trastornos disociativos reconocidos por el Manual Diagnóstico DSM-5.

En este apartado explicaremos de qué trata cada uno.

Amnesia disociativa

Corresponde a la incapacidad de recordar información autobiográfica importante, generalmente de naturaleza traumática o estresante, que es incompatible con el olvido ordinario.

Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en áreas como lo social, laboral u otras esferas importantes del funcionamiento.

Es importante destacar que la alteración no puede atribuirse a los efectos fisiológicos de una sustancia como el alcohol, las drogas, un medicamento u otra afección neurológica o médica como la epilepsia parcial compleja, amnesia general transitoria, secuelas de una contusión craneal/traumatismo cerebral u otras afecciones neurológicas.

Además, esta alteración no se explica mejor por un trastorno de la identidad disociativo, un trastorno de estrés postraumático, un trastorno de estrés agudo, un trastorno de síntomas somáticos o un trastorno neurocognitivo importante o leve.

Trastorno de identidad disociativo

Perturbación de la identidad que se caracteriza por dos o más estados de la personalidad bien definidos, que se pueden describir en algunas culturas como una experiencia de posesión.

Esta perturbación de la identidad implica una discontinuidad importante del sentido del yo y del sentido de entidad, acompañado de alteraciones relacionadas del afecto, comportamiento, conciencia, memoria, percepción, conocimiento y/o funcionamiento sensitivo-motor. Estos signos y síntomas pueden ser observados por otros o reportados por el individuo.

Son lapsos recurrentes en la memoria de acontecimientos cotidianos, información personal importante y/o traumas, incompatibles con el olvido ordinario.

Los síntomas no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de alguna sustancia u otra afección médica. En este sentido, los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en áreas como: social, laboral u otra importante del funcionamiento.

Trastorno de despersonalización / desrealización

Se define como la presencia de experiencias persistentes o recurrentes de despersonalización, desrealización o ambas.

Durante las experiencias de despersonalización o desrealización, las pruebas de realidad se mantienen intactas.

Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en áreas como: social, laboral u otras importantes del funcionamiento.

La alteración no puede atribuirse a efectos fisiológicos de una sustancia, como drogas o medicamentos, u otra afección médica, como la epilepsia. Tampoco se explica mejor por otro trastorno mental, como esquizofrenia, trastorno de pánico, trastorno de estrés agudo, trastorno depresivo mayor, trastorno de estrés postraumático u otro trastorno disociativo.

Despersonalización

Experiencias de irrealidad, distanciamiento o sensación de ser observador externo de los propios sentimientos, pensamientos, sensaciones, acciones o cuerpo. Esto puede incluir alteraciones de la percepción, sentido distorsionado del tiempo, sensación de irrealidad o ausencia del yo, y embotamiento emocional y/o físico.

Desrealización

Experiencias de irrealidad o distanciamiento respecto al entorno. Las personas o los objetos pueden percibirse como irreales, como si estuvieran en un sueño, nebulosos, sin vida o visualmente distorsionados.

Síntomas de trastorno de identidad disociativa

El trastorno de identidad disociativo, antes conocido como trastorno de personalidad múltiple, se caracteriza por una grave alteración en la percepción de la identidad de una persona, pudiendo reconocerse en una misma persona, dos o más personalidades definidas y muchas veces incluso contradictorias a la personalidad basal.

Cada una de estas identidades puede tener sus propios nombres, preferencias y rasgos distintivos. La persona no tiene conocimiento ni recuerdos de las otras identidades, lo que resulta en una significativa alteración en la identidad, la memoria, las emociones y la conducta, entre otros aspectos.

Además, otro síntoma central es la presencia de lapsos recurrentes de memoria, en donde el paciente olvida información personal, acontecimientos de su vida o personas. Estos episodios no son compatibles con el olvido ordinario. Es decir, se puede considerar esperable o normal el olvido de algunos aspectos que la persona no utiliza, como por ejemplo, la raíz cuadrada que aprendió en el colegio en clase de matemáticas. Sin embargo, no es esperable ni normativo olvidar información episódica relevante como el propio nombre, la edad o las actividades realizadas previamente.

Referencias

  • American Psychiatric Association. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Editorial Médica Panamericana. Recuperado de https://www.eafit.edu.co/ninos/reddelaspreguntas/Documents/dsm-v-guia-consulta-manual-diagnostico-estadistico-trastornos-mentales.pdf
Mtra. Mariel Labra

Mtra. Mariel Labra

Psicóloga Clínica, Magíster en Psicología Clínica. Experta en Terapia Cognitivo-Conductual para la Depresión y Ansiedad.

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