Valentina Garrido
Periodismo y Comunicaciones
¿Sabías que el condicionamiento clásico está presente en las actividades diarias de las personas? ¡Conoce qué es, su origen y algunos ejemplos prácticos de este concepto en este artículo de Adipa!
El condicionamiento clásico, también conocido por condicionamiento pavloviano, es un tipo de aprendizaje asociativo que surgió a finales del siglo XIX gracias al destacado filósofo ruso Iván Pávlov. Este concepto, ampliamente reconocido en el ámbito de la psicología, tuvo sus inicios en los experimentos llevados a cabo por Pávlov con perros, explorando la manera en que los seres vivos aprenden y asocian sonidos o eventos.
Este descubrimiento resultó significativo, transformando nuestra comprensión del proceso de aprendizaje tanto en animales como en seres humanos.
En la psicología, el condicionamiento clásico ha adquirido un valor sustancial, especialmente para los conductistas, quienes se centran en explicar los mecanismos subyacentes de diversos comportamientos humanos, como las fobias.
El condicionamiento clásico se puede definir como un proceso en el que un estímulo que originalmente no tenía ningún efecto particular (llamado estímulo neutro) se asocia repetidamente con otro estímulo que sí tiene efectos conocidos (llamado estímulo no condicionado). Con el pasar del tiempo, el estímulo neutro comienza a provocar efectos similares a los del estímulo no condicionado. Al final, el estímulo neutro se llama “estímulo condicionado” y sus efectos se llaman “condicionados”.
Este modelo también es reconocido como el condicionamiento pavloviano, condicionamiento respondiente, modelo estímulo respuesta o aprendizaje por asociaciones (E-E).
El condicionamiento clásico fue descubierto mientras el filósofo Ivan Pávlov estudiaba la digestión de los perros. En uno de sus estudios, el autor notó que los perros no solo salivaban cuando se les llevaba comida, sino también reaccionaban ante estímulos no relacionados directamente con la alimentación, como el sonido de una campana.
Pávlov cuando se dio cuenta de esto, se alejó de la investigación original y comenzó a explorar lo que más tarde se llamaría “condicionamiento clásico”.
Existen cuatro principios fundamentales del condicionamiento clásico, que ayudan a entender cómo se construye y modifica el aprendizaje.
El primer principio es donde el individuo asocia un estímulo incondicionado con un estímulo neutro. De acuerdo con esto, a medida que aumenta la frecuencia de estas asociaciones, se incrementa la probabilidad de que se manifiesta la respuesta condicionada.
Luego de que un estímulo condicionado ha sido adquirido, surge una propensión a reaccionar de manera similar ante estímulos que comparten similitudes con el estímulo condicionado inicial. Este fenómeno es conocido como el principio de generalización.
Este principio se refiere a la habilidad de reconocer diferencias entre el estímulo condicionado original y estímulos condicionados que comparten similitudes en sus características.
En este cuarto principio se evidencia que un sujeto condicionado para emitir una respuesta específica no permanece condicionado de manera perpetua. Si el estimulo condicionado no se asocia ocasionalmente con el estímulo incondicionado, la respuesta condicionada tiende a desvanecerse.
En otras palabras, si repetidamente hacemos sonar una campana sin que aparezca la comida, el perro dejará de manifestar la conducta previamente aprendida.
El condicionamiento clásico se extiende a diversas esferas de la vida cotidiana, incluyendo la publicidad y la educación. Para comprender cómo se manifiesta en estos contextos, es fundamental comprender la base de este proceso de aprendizaje.
Como mencionamos anteriormente, el condicionamiento clásico surge desde los experimentos del filósofo Pávlov. En ellos observó que al poner alimentos en la boca de un perro, este comenzaba a segregar saliva, lo que denominó como reflejo de salivación.
Al repetirlo en variadas circunstancias, Pávlov observó que su presencia, incluso sin comida, causaba que el perro segregara saliva, pues el animal ya había aprendido que cuando él estaba iba a comer.
Para confirmar esta asociación, el autor introdujo un separador entre el perro y la comida, ocultándola de su vista. A través de una compuerta, el alimento era entregado, y se registraba la salivación del perro. Posteriormente, introdujo estímulos auditivos y visuales neutros antes de ofrecer comida, lo que después de variadas repeticiones, el perro asoció con la comida. Pávlov entonces, denominó a la salivación resultante de esta asociación como reflejo condicionado.
En el ámbito publicitario, se emplea el condicionamiento clásico mediante la asociación de estímulos auditivos y visuales con productos o marcas específicas. Al enfocarse en sus campañas hacia la generación de emociones, la publicidad aprovecha esta técnica para anticipar y guiar de manera eficaz las acciones de los consumidores.
Por esta razón, en numerosos anuncios se establece una conexión entre, por ejemplo, una bebida y la sensación de felicidad y diversión, llevando a las personas a inferir que el producto es capaz de generar dichas emociones.
En el ámbito educativo, los maestros aplican este enfoque con el objetivo de facilitar el aprendizaje de nuevos conocimientos. Además, buscan crear asociaciones positivas entre las clases y experiencias agradables, contribuyendo así a un ambiente educativo enriquecedor y estimulante para los estudiantes.
Este enfoque no solo se centra en transmitir información, sino también en establecer conexiones emocionales que favorezcan un proceso de aprendizaje más efectivo y significativo.
Por ejemplo, la felicitación de un logro escolar. Cuando se celebra de manera positiva el logro de metas, se crea una asociación positiva entre el esfuerzo académico y la satisfacción personal, motivando a los estudiantes a continuar trabajando.
Podemos observar el condicionamiento clásico en diversas maneras en la vida cotidiana, influyendo así, en las conductas, emociones y respuestas ante estímulos de las personas.
Por ejemplo:
El impacto del condicionamiento clásico se manifiesta en las decisiones y comportamientos cotidianos de las personas. Este fenómeno psicológico incide no solo en las preferencias de consumo, como vimos anteriormente, sino también en las interacciones sociales y en la forma en que tomamos decisiones diarias.
Esta influencia se origina en experiencias pasadas, donde se establecen conexiones duraderas entre estímulos y respuestas. Por ejemplo, si una persona ha tenido experiencias positivas y reconfortantes al disfrutar de música suave y tranquila durante momentos relajados, es probable que, con el tiempo, el simple acto de escuchar ese tipo de música actúe como un estímulo condicionado.
Este condicionamiento no solo afecta las elecciones conscientes, sino también influye en las respuestas automáticas y emocionales ante determinados estímulos en la vida diaria.
El condicionamiento clásico se utiliza en ciertos tratamientos desarrollados en terapias psicológicas con la finalidad de modificar conductas y tratar problemas de ansiedad, por ejemplo, en el tratamiento de fobias.
Tras ello, existen tres técnicas empleadas que están basadas en el condicionamiento clásico: Desensibilización sistemática, Terapia de exposición y Terapia Aversiva.
Esta estrategia tiene como objetivo guiar a una persona a enfrentar, de manera progresiva y a través de la imaginación, aquello que le genera ansiedad, mientras se le enseña a inducir un estado de relajación.
Implica enfrentarse repetida, directa y gradualmente al estímulo que provoca ansiedad, con el fin de disminuir la respuesta emocional, fisiológica y cognitiva asociada.
Al exponer a una persona a su fobia en un entorno seguro, es posible reducir la reacción fóbica.
Esta terapia tiene como propósito asistir a las personas en la superación de comportamientos no deseados a través de generar una respuesta desfavorable. Por ejemplo, en el tratamiento de adicciones, se podría establecer una respuesta desagradable asociada a la conducta adictiva con el fin de desincentivar su repetición.
Finalmente, es importante reconocer que el condicionamiento clásico no solo es un fenómeno teórico, sino que es una poderosa herramienta utilizada para entender, modificar y mejorar aspectos diversos de la conducta humana. Este proceso es importante en campos que abarcan desde la psicología hasta la publicidad y la psicoterapia.
La educación socioemocional se enfoca en promover el desarrollo de competencias sociales y emocionales.
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