Conocer en profundidad los beneficios y la importancia de la lactancia materna es primordial para una crianza informada, además de derribar los estigmas asociados a la alimentación durante los primeros años de vida de un bebé.
En esta Semana Mundial de la Lactancia Materna, te invitamos a reflexionar y a informarte sobre todos los aspectos que conlleva la lactancia materna. Para ello, entrevistamos a la profesional, Verónica Valencia Yáñez, matrona de la Universidad de Chile, quien es especialista en la temática.
Beneficios de la lactancia materna
La lactancia materna ofrece diversos beneficios tanto para el bebé como para la madre. A continuación explicaremos algunos de ellos.
Beneficios para el bebé
En el caso del bebé, la lactancia favorece su sistema inmunológico, lo que reduce la probabilidad de desarrollar alergias y enfermedades infecciosas. Los bebés alimentados con leche materna reciben microorganismos que protegen su salud.
Uno de los principales beneficios es el desarrollo de una microbiota intestinal protectora. La microbiota intestinal es una población de microorganismos presentes en el intestino que participa en varios procesos fisiológicos cruciales. Esta microbiota promueve el buen desarrollo del sistema inmunológico, lo que disminuye el riesgo de padecer alergias, enfermedades infecciosas e incluso enfermedades crónicas no transmisibles como la obesidad.
Además, la lactancia favorece el desarrollo neurocognitivo del bebé, proporcionando nutrientes esenciales cruciales para el desarrollo del cerebro y la función cognitiva.
“En el caso de bebés prematuros o hospitalizados, la leche materna es fundamental para evitar enfermedades como la enterocolitis necrotizante”, agrega Verónica.
Beneficios para la madre
Por otro lado, en el caso de la madre, la lactancia materna juega un papel importante en la reducción de la hemorragia postparto. “Durante el trabajo de parto siempre recalcamos la importancia de la oxitocina y muchas veces se olvida que una vez que nace el bebé seguimos necesitando oxitocina para varios procesos, como es que el útero vuelva a su lugar. Si el útero no vuelve a su lugar sangra mucho, lo que perjudica el estado de salud de la madre”, menciona la especialista.
El hecho de que el recién nacido esté en contacto piel con piel con la madre e inicie la lactancia de manera precoz facilita que este proceso ocurra de manera natural. Los “dolores menstruales” o entuertos que las madres experimentan en el postparto son señales de que todo está funcionando correctamente.
“Asimismo, la lactancia materna tiene beneficios económicos y ecológicos, ya que ahorra energía y recursos. La leche está siempre disponible y no requiere preparación ni calentamiento”, finaliza diciendo Verónica.
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Lactancia materna y apego
La lactancia materna no sólo nutre al bebé, sino que también favorece el vínculo de apego entre madre e hijo. Aunque no es el único factor que establece este lazo, la lactancia contribuye significativamente al neurodesarrollo y al bienestar psicoafectivo del niño, proporcionándole una sensación de seguridad y cuidado.
No obstante, es crucial recordar que el apego puede fomentarse de múltiples maneras, como mediante el contacto físico y la contención.
“El hecho de que se cumpla la hora de oro entre el recién nacido y la madre aumenta las probabilidades de una lactancia efectiva, reduce el riesgo de depresión postparto en la madre y favorece el desarrollo de un apego adecuado”, explica la especialista.
¿Existe un tiempo límite para la lactancia materna?
Muchas/os se preguntan si existe un tiempo límite para la lactancia materna. Frente a ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé. Después de este período, se sugiere continuar con la lactancia materna de manera complementaria, junto con otros alimentos, hasta que el niño cumpla dos años.
“Sin embargo, no existe un límite estricto para la lactancia materna. Si la madre y el niño desean continuar más allá de los dos años, no hay ningún problema. La decisión de destetar debe basarse en el bienestar y en las necesidades tanto de la madre como del niño”, señala Verónica.
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